viernes, 28 de agosto de 2015

Un primer paso y una calificación académica extraordinaria.

Los motivos que me llevaron a cursar la carrera no eran otros que los de aunar mi pasión por los mapas y mi observación del territorio, junto a lo que yo ya llevaba de bagaje académico. Mis estudios de B.U.P. se orientaron hacia el camino de las letras y al cursar asignaturas tales como Historia, Geografía o Latín, era de suponer que la carrera de Geografía e Historia sería la más adecuada. (La vida y mi fobia a las matemáticas no me llevaron por la senda de los ingenieros, que dada mi afición, habría sido lo propio).

Pero al matricularme y echar un vistazo al enorme libro que por aquel entonces editaba la Universidad Complutense para conocer las asignaturas que se ofertaban, mis ojos leyeron:
"Geografía e Historia (a extinguir)"

¿Comorl?

En el año 1994 no se daba primero ni segundo de la carrera de Geografía e Historia, porque el plan de estudios se extinguía para ser sustituido por la nueva carrera de Geografía que había comenzado en 1993. Con lo que los nuevos alumnos, usease este que ud. está leyendo, tenían que matricularse en la nueva carrera. Y cuando lo haces y descubres que tienes dieciocho asignaturas en el curso, a nueve por cuatrimestre, la cara que se te pone... no tiene precio.

Así que, a trancas y barrancas, fuí aprobando asignaturas y sumergiéndome en el verdadero mundo de la Geografía y que es mucho más que aprenderse los afluentes del Tajo... porque eso no te lo enseñan, ya tienes que venir del B.U.P aprendido (y afortunadamente, tuve una buena profesora de Geografía en el Instituto de San Isidro de Madrid que nos hacia salir al mapa en blanco colgado de la pizarra y decirle que era lo que señalaba) porque lo que te enseñan abarca desde la Geografía Física, pasando por la Geomorfología, Edafogeografía, Geografía Económica - donde ya se hablaba del despertar de los Tigres Asiaticos y del potencial de China) hasta los primeros y primitivos Sistemas de Información Geográfica tan imprescindibles hoy día y que decían era nuestro futuro trabajo... inciso: ni en esto trabajamos. Y llegó el curso en el que una de las asignaturas optativas tenía que hacer si o si...

Geografía de los Transportes.

¿Cómo no iba a hacer esta asignatura? En la que se hacía un somero análisis de la evolución del transporte y sumergirte en los conceptos de nodo, redes, topología, tiempo de viaje, distancias ortodrómicas, hubs, etc.  Pues asistí a cada una de ellas y de ella no sólo seguí cimentando mi conocimiento en transporte, sobre todo el áereo, sino que empecé a transmitir alguno de mis conocimientos ferroviarios... al profesor. Pero uno de los requisitos fundamentales para aprobar era la elaboración de un trabajo final, trabajo que siendo informado previamente por los que ya la habían cursado, era nada menos con una extensión mínima de ¡120 páginas!

¿Y de qué podía hablar?

Y surgió "La Red Ferroviaria del Municipio de Aller: Origen, Evolución y Presente." Un trabajo de 135 páginas en el que hacia una síntesis de las características territoriales del Concejo de Aller en Asturias, el que yo conocía, y abordaba la historia del ferrocarril en ese municipio. Para ello, no sólo me documenté en la facultad y en la biblioteca de la Asociación de Amigos del Ferrocarril, sino que fue mi primera incursión en el Archivo General de la Administración y descubrir todo un paraíso de documentación que me serviría de referencia en el futuro, así como en el Archivo y Biblioteca de la Fundación de los Ferrocarriles Españoles o en el propio Ministerio de Fomento. De hecho, pero esa es otra historia, es el año en el que se debate en el Congreso de los Diputados la inclusión del proyecto de la "Variante de Pajares" como obra prioritaria en el Plan Director de Infraestructuras y que tuve la suerte de poder asistir, incluyendo toda la documentación en este trabajo porque dos alternativas de trazado pasaban por el concejo.



 Y de forma quirúrgica comencé a diseccionar la red de mi concejo, a descubrir todo un pasado glorioso ferroviariamente hablando y que sólo había escuchado retazos o visto pequeños restos inconexos en mis recuerdos pero que fui uniendo y empezar a responder a muchas de las preguntas que hasta ese momento tenía.

Pero obviamente a una respuesta vuelve a haber otra pregunta... y empiezo a sumergirme en una investigación ferroviaria más profunda, más real y que da origen realmente a otro proyecto.

Mi primer libro.

Pero aún queda algo de camino para descubrirlo.

Por cierto, en esta asignatura obtuve como calificación final... Matricula de Honor.

domingo, 16 de agosto de 2015

Mis primeras colaboraciones en la prensa especializada y mi etapa en "Tracción"

Diciembre de 2003 supone para mí el inicio de mi trayectoria "profesional" en el mundo de la prensa especializada en ferrocarriles y comienza precisamente en la Asociación de Amigos del Ferrocarril. Cuando me hice socio en 1989 algunos socios publicaban la revista "Tracción", un boletín interno pero de gran calidad en sus artículos y aunque era modesto, era muy conocido entre los aficionados.

Pero por diversas circunstancias dejó de publicarse en el número 10, algo que me entristeció y a comienzos de 1993, junto con otros compañeros, empecé a hablar con la junta directiva de la Asociación  para rescatar esta publicación. Finalmente dicha idea fructificó y en Junio de ese mismo año salió publicado el primer número del boletín "Amigos del Ferrocarril", modestísimo, muy modestísimo pero llenaba en parte el hueco que nos dejó "Tracción. Y en ese diciembre de 2003, en

su número tres apareció mi primera colaboración: "Renovación de vía en Feve" (Cómo no, la vía métrica) en la página 6 dedicada a noticias ferroviarias.
 A esta colaboración le saldría una segunda ya en 1994, en su número 5 de noviembre y también con dos noticias dedicadas a la vía métrica, una sobre el Tren Fluvial realizado en el Descenso Internacional del Sella de agosto de ese año y la otra sobre la reordenación de los servicios de Feve en Asturias.. Pero también escribía sobre Renfe, con una breve cronica de la última superviviente de la serie 307 de Renfe y que estaba en el depósito de Oviedo.

Como podéis apreciar, es aquí cuando comienzo a reforzar dos puntos importantes en mi afición al ferrocarril: la vía métrica y Asturias.

Derecha: Número 3 del boletín "Amigos del Ferrocarril". Mi primera colaboración.

Pero lo bueno no dura y el número cinco de la revista "Amigos del Ferrocarril" fue el último en redactarse, ya que la Asociación vivía una etapa que aún perdura en la memoria de los socios: el traslado del local social a otro emplazamiento, porque Renfe iba a construir la escuela de conducción de maquinistas en esa zona. Dicho traslado no suponía en sí gran dificultad, puesto que no nos movíamos de la estación de Delicias, pero si que nos desplazabamos más hacia el centro del edificio lateral pero había un elemento que si o si teníamos que llevarnos: la maqueta H0. Iniciada hacia el 93-94, constaba en su parte principal de un armazón rígido de unos doce metros (creo recordar) y no podía desmontarse, además de ir al contrario de cómo estaba en el local original. La solución fue aprovechar que la pared de la sala de proyecciones iba a tirarse  para las obras previstas y como en Fuenteovejuna, tropecientos socios desplazamos la maqueta hacia su nuevo emplazamiento como si fueramos un tren (aparte que el armazón pesaba como un vagón, todo sea dicho) y al llegar a una zona del edificio sin paredes, con una precisión germana fuimos girando el bastidor de la maqueta cual puente giratorio para locomotoras y ¡Voilá! la maqueta quedo girada en su nuevo sentido. Y tras reponer fuerzas, de nuevo todos cogimos el bastidor y lo colocamos en su nuevo emplazamiento.

Obviamente durante este tiempo no hubo boletín hasta que la Asociación cogió de nuevo su ritmo
normal de funcionamiento y el anterior equipo directivo de "Amigos del Ferrocarril" agarró el toro por los cuernos y... "Tracción" volvió a la vida. ¡Esta vivo! ¡Esta vivooo! vino a decir mi mente.

Y en ese "nuevo" número 11 de Tracción, el que suscribe publica dos noticias: una triste, dedicada al final de la relación ferroviaria de Feve entre Oviedo y Collanzo, que pasaría a realizarse entre Fuso de la Reina y Collanzo, y otra esperanzadora: la muy posible construcción de la Variante de Pajares, el enlace de Renfe bajo la Cordillera Cantábrica.

Izquierda: mi aparición en "Tracción" número 11.

A esta colaboración en "Tracción" le seguirían muchas más, en los números 12,12 y 14 este último muy especial para mí puesto que hablo de la inauguración de uno de mis museos del ferrocarril más queridos: el Museo del Ferrocarril de Asturias, situado en Gijón y del que tuve el orgullo de haber colaborado en diversas tareas en los días previos a la inauguración junto con otros compañeros de afición y como no, el honor de conocer a Javier Fernández López, su director al que sigo admirando y al que agradezco su ayuda cuando la he necesitado.

Y de nuevo llega un periodo huérfano de nuestro boletín "Tracción" hasta que a comienzos de 2002, entro a formar parte de la Junta Directiva de la Asociación de Amigos del Ferrocarril de Madrid y soy nombrado Vocal de "Tracción" (en realidad iba para maquetas, pero el destino y el desaparecido Rafael Ros, a la sazón presidente de la entidad, apostó por mi para esa labor).

Así que, armado con Word, entusiasmo y falta de artículos... me autodenominé "Director-Coordinador" de un nuevo "Tracción", con la misma modestia y sencillez con la que salió  "Amigos del Ferrocarril" arrancó el número 15 de mi querida "Tracción". Cual hombre orquesta, maquetaba, redactaba y casi imprimia la revista, mientras poco a poco las colaboraciones por parte de los socios iban en aumento y por supuesto, había que darle más
calidad. Calidad que ya se  impone a partir del número 18 en el que ya se maqueta de forma profesional y se saca de imprenta.


            Arriba:mi primer número como director de "Tracción"
          
Desde que tomé las riendas de la revista quise darle siempre un aire de "independencia" y publicar aquello que no solía publicarse en el resto de cabeceras especializadas y, como mucho, lo más actual que hubiese fueran las noticias. De hecho, era lo último que se redactaba y a veces las prisas no son buenas, provocando a veces erratas innecesarias.

Y finalmente, tras seis años intensos y de mejora continúa, con sus aciertos y errores, así como críticas y alabanzas y sobre todo, como objetivo personal, adquirir  una cierta cadencia en el tiempo y no en "saltos", el número 27 sería mí último ejemplar. Corre 2008 y nuevos retos empiezan a surgir en mi vida, en este mundo de los aficionados al ferrocarril.


Izquierda: mi último número. 


Eso si, "Tracción" se ha quedado en el número 35 y espero que en algún momento, arranque de nuevo.






                                















domingo, 9 de agosto de 2015

Mi primera foto ferroviaria "oficial"

Hola a todos,

Abril del año 93 (no, del 90 no, que es una canción de Celtas Cortos que me encanta... pero no.) un joven estudiante de BUP - de cuando había BUP - realiza su primer viaje al extranjero, destino: Italia. Esto se produce en el viaje de fin de curso del tercer curso con una ruta Madrid-Roma-Florencia-Venecia-Madrid y como no, había que inmortalizar dicho periplo. Armado por una fabulosa Canon EOS (no me acuerdo modelo exacto, bastante que me acuerdo que era Canon) de objetivo intercambiable y por supuesto de carrete de 35 mm., prestada por mi hermano Antonio, disparé a todo lo que veía, desde que empezamos el recorrido en autobús desde Roma Fiumicino - hoy renombrado Aeropuerto de Roma Leonardo da Vinci - cual nipón desbocado en sus últimos días de vacaciones, hasta la llegada a Madrid tras horas de un viaje en autobús.

Y entre San Juan de Letrán, la Fontana di Trevi, el Coliseo y El Vaticano... el segundo día al mediodía, tras una opípara comida en un McDonalds cercano a la Plaza de España les dije a mis compañeros de viaje "Hala, me voy a Roma-Termini, nos vemos luego." Y así fue.

Por costumbre, cuando viajo, suelo visitar las estaciones de ferrocarril que se puedan encontrar en los alrededores y Roma comenzó dicho ritual. Y yo, aficionado al ferrocarril y armado con una buena cámara, no podía dejar de lado esa oportunidad y descubrir esa estación que hasta ese momento sólo había visto en algunos fragmentos de la película "Stazione Termini" (Dirigida por Vittorio de Sica en 1953).
Izquierda: un "frame" del film de Vittorio de Sica "Stazione Termini, en el que la protagonista - Jennifer Jones - acaba de adquirir un billete de acceso a los andenes de la estación de Roma-Termini.









Roma-Termini, en su concepto, sustituye a la original de 1867 cuando ya comienza a ser insuficiente por los tráficos que soporta y en 1939, en la época de Mussolini, se encarga el proyecto de la nueva estación al arquitecto Mazzoni pero su construcción se interrumpe en 1943. ya en plena guerra mundial, y tras la finalización de la contienda y depurado su arquitecto por fascista, se encarga un nuevo diseño a los arquitectos Montuori y Vitellozzi que la concluyen y es inaugura en 1951.

Y desde luego, la monumentalidad de esta estación es impresionante y a uno, pues le emociona porque se ven trenes... trenes de verdad (estamos hablando de 1993, que en la España del Ave empiezan a verse menos). Y como servidor es educado... caminé a la oficina principal en los andenes para solicitar permiso para poder fotografiar los trenes en mi rudimentario italiano de aquellos años. Recuerdo la cara de sorpresa del funcionario correspondiente de la Ferrovie dello Stato por preguntarle eso, como diciendo "¿Y para que quieres permiso". No le iba a explicar que por esos años para poder fotografiar trenes en España tenías que enseñar hasta el certificado de penales aún enseñando tu flamante carnet de socio de una Asociación.

Y aquí está.

Arriba: Un Intercity con destino Florencia-Santa Maria Novella, está a punto de salir de la vía 7, el destino hace que esté cerca del mismo anden del fragmento de la película que pongo más arriba (estas cosas se descubren cuando haces un blog jajaja, aparte de comprobar que el periodico "Il Messaggiero" tiene la exclusiva de la publicidad en la cabecera de andén desde los años cincuenta o al menos lo tenía hasta 1993)

La galería completa esta en
flickr https://www.flickr.com/photos/98390877@N08/sets/72157642193903705

¿Por qué pongo que son las primeras fotos "oficiales"? Porque en algún rincón de mi archivo fotográfico tienen que estar las que son realmente mis primeras fotos ferroviarias en la estación de Príncipe Pío en 1989, pero no las encuentro.

¿Y lo próximo?

Recientemente ha fallecido Carles Salmeron i Bosch, aunque no llegué a conocerle personalmente, su obra sobre los ferrocarriles Catalanes y otras redes ferroviarias, me sirvieron de inspiración para mi proyecto personal. Descanse en Paz.
En el blog "Historias del Tren" el director del Museo del Ferrocarril de Asturias, Javier Fernández López nos resume con emoción la figura de este incansable investigador ferroviario.
http://historiastren.blogspot.com.es/2015/08/carles-salmeron-i-bosch.html

lunes, 3 de agosto de 2015

Me gustan los trenes, pero en especial... la Vía Métrica.

¿Y qué es la vía métrica?

Son todos los ferrocarriles cuyo ancho de vía es de un metro (1.000 mm entre caras internas de los carriles? Es decir, los de la antigua Feve (hoy Renfe-Feve), los ferrocarriles autonómicos (Euskotren, FGC, FGV), redes privada como el Ponferrada-Villablino o museísticas como el del Museo del Ferrocarril de Euskadi, aparte de numerosas redes en el mundo que usan este ancho.

Izquierda: entrada principal de la estación de Bilbao-Concordia y actual cabecera de las líneas Bilbao-Santander y Bilbao-León de vía métrica, construida por la compañía del Ferrocarril de Santander a Bilbao.

Generalmente a estas redes erróneamente se le denomina Vía Estrecha, cuando en realidad la vía estrecha es la que se denomina a todos los anchos inferiores al estándar de 1435 mm, es decir, que la vía métrica es uno de los anchos existentes dentro de la categoría de la vía estrecha. (La vía estrecha engloba a los anchos de 1.068 mm, 1.000 mm, 950 mm, 750 mm y 600 mm y que son los anchos más comunes en el mundo, siendo la de 600 la conocida como "ancho de mina"). Por tanto en este blog me referire a la vía métrica de 1.000 mm.

¿Y porqué me gusta? Mi lugar de vacaciones y desconexión se encuentra en Asturias, concretamente en la aldea de Bustiyé (Parroquia de Boo) y mi casa se encuentra en un paraje llamado "La Penuca" a varios metros por encima de la aldea, permitiendo ver en toda su amplitud la zona baja del río Aller en el concejo del mismo nombre. La vista me permite contemplar justo la zona del río que baña las localidades de Caborana y Moreda y... ¿Qué mas puedo ver? El ferrocarril de vía métrica de Oviedo a Collanzo, de Feve. Pues desde muy pequeño me he sentido muy vinculado a ese tren, ya que era el que usaba mi familia para desplazarse a Mieres o a Oviedo desde siempre, y como aficionado al tren, es el que más cariño tengo. Y además todos los veranos, siempre andaba en la ventana oteando la vía para poder ver el paso de los trenes
¿Qué más podía pedir?

Derecha: La estación de Collanzo en 1984 aproximadamente, dos automotores MAN de la serie 2300 están a punto de partir hacia Oviedo. Estos son mis primeros recuerdos de la vía métrica de mi niñez.
Foto: Cortesía de Alberto Sanchez

Cuando entré en la asociación, hacia el año 90 o 91 conseguí un ejemplar del libro "El Ferrocarril de Sierra Menera" escrito por el gran Javier Aranguren, socio como yo de la AAF Madrid, y es el primero que me descubre realmente la vía métrica y en el que aparece una foto de un tren de tolvas saliendo del lavadero de Hunosa en Sovilla, cerca de Ujo-Taruelo, lugar que veía siempre en el tren y que me fascinaba tanto.


Arriba: locomotora Henschel serie 1400 (ex-Sierra Menera) con un tren de tolvas también pertenecientes a ese ferrocarril, saliendo del lavadero de carbón de Sovilla, cerca de Ujo (Mieres,Asturias). Estas locomotoras y los vagones tolvas fueron adquiridos por Feve tras el desmantelamiento del Sierra Menera y fueron destinadas a las líneas del Vasco-Asturiano, en concreto realizaron trenes de transporte de estériles entre Sovilla y la escombrera de Pumardongo, cerca de La Pereda. Foto: Cortesía Jesús Vigil. Septiembre 1978.

Hasta el año 92 lo usaba a lo mejor dos o tres veces al año a lo sumo, el autobús o el coche privado hicieron que en los ochenta ya casi no viajaramos en tren a no ser que yo me pusiera pesado y convenciera a la familia para ir en el jajaja. Pero en el 92 uno, que es adolescente y tiene amigos, comienza a usarlo para ir de copas en el verano y es cuando retomo ese cariño, pero más fuerte y con mayores conocimientos técnicos. De hablar con los trabajadores de Feve y de gente que lo conoció, comencé a interesarme por él y su historia, descubriendo poco a poco y con la escasa información que tenía a mi alcance lo particular que era. En esa época es cuando consigo el libro de Javier Fernández López "El Ferrocarril de La Robla", un fabuloso libro que me descubre que hubo un intento de ampliar el ferrocarril que yo conocía desde Collanzo hasta León.

Es ahí cuando surge mi verdadero afán por la vía métrica y en concreto por la línea de Ujo-Taruelo a Collanzo, comenzando a buscar cualquier cosa que se refiera a este ferrocarril en artículos o libros.